La tarde del 30 de octubre, al esconderse el sol y ya aquietadas las zozobras habituales del día, un grupo de peñarandinos se dieron cita en la Biblioteca, en torno al espacio de Los Fundamentales. El artista autodidacta Félix Orgaz Botejara presentaba sus lecturas esenciales ante su familia, sus amigos, sus vecinos. El rincón mostraba una flor amarilla, arena negra de una playa remota, una cruz, una lechera en la que se había posado una pajarita de papel y… más. Era la representación plástica en la que Orgaz Botejara había estado trabajando durante semanas. La gran F exhibía las obras, para que el lector hojease y leyese. Todo dispuesto, pues.
En una conversación previa, Félix nos contó que en muchas ocasiones había llegado a conocer obras y autores a través de películas, de canciones. El cine y la música, por tanto, son importantes para él. Y por eso, su hermano Marce interpretó a la guitarra temas como Está la puerta abierta de Facundo Cabral. Y así, entre música y palabras, fue transcurriendo la velada. En una ocasión, Marce solicitó al público ayuda para enhebrar No me llames extranjero, de Rafael Amor. Florencia Corrionero, directora del Centro de Desarrollo Sociocultural y guía del acto, presentó a Félix y sus fundamentales, instándole a compartir con todos (familia, amigos, vecinos) la historia de la lechera rodeada de alambre desde la que una pajarita de papel vuela, buscando la libertad, con los versos de las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández. Y más música, y más sonrisas.
La revelación de la velada fue Adrián Orgaz, uno de los hijos de Félix, que acompañó a su tío en la ejecución de El lobito bueno de José Agustín Goytisolo y En esta tarde gris de José María Contursi (dicen los entendidos que a la manera de Carlos Montero). Bravo.
Un secreto: la tarde, a estas alturas, tenía todos los colores prendidos, menos el gris. Fue una tarde serena, en la que los asistentes se asomaron al mundo interior de Félix de manera respetuosa y expectante y… se quedaron con ganas de más. Por ello, para los que asistieron y para los que no pudieron asistir; para los curiosos; para los inquietos; para los que se preguntan y no cesan de preguntar; para los lectores; para los que quieren conocer; para los que quieren conversar y compartir. Para todos, se han organizado una serie de visitas guiadas por el propio Félix a sus lecturas esenciales.