Una de las maneras más hermosas de comenzar estación es espiar el cambio que se produce en la Biblioteca infantil. Desde hace unos pocos días, las hojas de los árboles se han mezclado con páginas que no llegan a caer, sino que danzan juntas en un baile de otoño. Los cuentos con viento, bosque, calabazas, senderos y chocolate han tomado el relevo de las historias que se asoman al mar azul o toman el sol al borde de la piscina esmeralda. Hay más indicios, por supuesto. Las mochilas nuevas, los lápices de colores. Las sonrisas de estreno. Los clubes de lectura.
No os hemos contado nunca la maravilla de descubrir las obras para compartir en los clubes de lectura. La decisión, tan delicada y aventurera, de apostar por una y no por otra, cruzando los dedos y deseando que os guste. Que os llegue, que os emocione, que no os deje indiferentes. La duda de si habremos acertado o no. Y decidir que merece la pena recorrer ese camino de equívocos y aciertos, si lo hacemos juntos.
Hay otras pistas de una nueva estación, claro. El plazo para matricularse en la Escuela Municipal de Música. Los padres que vienen a preguntar, las llamadas de teléfono, los carteles que suenan a algazara (Canto, Percusión, Coro, Guitarra, Piano, Lenguaje Musical…). La decisión, tantas veces aplazada por las cosas del vivir, de aprender a tocar ese instrumento. Ese y no otro. Y esta vez, sí.
Las cortinas del teatro se abren y cierran como un relato esperanzador. ¿Qué habrá al otro lado? ¿Qué vidas ajenas viviremos desde la butaca, con el corazón latiendo alborotado? Teatro para niños, teatro para adultos, comedia o drama. El sentir sobre las tablas, mientras afuera, quizá, el viento desprenda las hojas de los árboles.
Cuando comience a llover (este otoño será más cálido y lluvioso que otros, lo dicen todas las predicciones), Leo para ti acercará la lectura a las personas que no pueden leer por sí mismas y en TLeo, el taller de lectura intergeneracional, los niños, los padres, los abuelos se unirán en torno a la palabra, la imagen fija o en movimiento, la música, la tecnología. Y que llueva. Hay muchas maneras de iniciar el otoño. En la Biblioteca infantil se escucharán cuentos de familias peculiares y divertidas, con chimeneas encendidas y brujas buenas. Y en cincuenta Casas Lectoras, los padres y sus hijos leerán juntos después de cenar. Y tal vez haga viento. Y llueva. Y será hermoso.